De la misma forma como nos afecta positivamente el ejercicio físico. Leer, ver una película, ir al teatro o apreciar una obra de arte, trae consigo una sensación de bienestar y plenitud; disminuye la ansiedad y estimula la producción de nuevas neuronas. Dejarse atrapar por las páginas de una novela, idear estrategias para que el protagonista de la película salga avante; disfrutar con las ocurrencias de un artista de las tablas, o dejarse cautivar por las formas y pinceladas de un cuadro; reduce el estrés, y recompensa a nuestro cerebro. Influye positivamente en la forma como nos relacionamos, interpretamos el mundo y encontramos soluciones cotidianas; esto debido a que al practicar actividades como las mencionadas, se produce casi de forma inmediata un aumento en el flujo sanguíneo, en zonas concretas del cerebro relacionadas con los estímulos y el placer. De igual forma esta oxigenación renueva neuronas, haciendo más “joven” al cerebro, casi un equivalente a la sensación de estar enamorado.
Según investigaciones al combinar estas actividades con algo de música, la respuesta del cerebro es más emotiva, que si lo hacemos en ausencia de sonido; esto podría deberse a que la música y el arte, están íntimamente ligados en algunas zonas cerebrales. Aunque solo un reducido grupo de personas, denominados en neurofisiología: sinestésicos; perciben este efecto de forma consciente, dada su condición de poder oír colores, ver u oler sonidos y percibir sabores en un objeto. Sin embargo, la sensación de bienestar se da en mayor o menor medida en el cerebro de cualquier persona.
¡A que esperas! regálate la oportunidad de sentirte pleno, con un poco de arte.
Germán Camacho López
Germán Camacho López
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