¡Miedo
vete tan lejos, que jamás recuerde que una vez fuiste parte de mi vida!
La
vida no es una caja fuerte dentro de la cual puedes esconderte, ni el futuro es un certificado de garantía. Duda de
cualquier promesa que te “garantice” algo, porque la vida es un dulce manjar de
incertidumbres; de ahí el ingente valor que debes dar a tu libre albedrío, el
gran regalo que Dios te ha dado, la más valiosa herramienta de tu vida.
Perteneces
a todo y eres parte de nada, porque tus miedos e inseguridades solo están ahí,
para demostrarte cuan fuerte puedes llegar a ser, y la conciencia del peligro
existe para volverte mas hábil.
La otra
posibilidad, aquella que jamás me atrevería a recomendarte, es que te ocultes
debajo de las sabanas, ensayando borrar un “monstro” que solo habita en tu
cabeza, o al igual que el avestruz construyas un hoyo para ocultar un eco que
solo escuchan tus oídos. ¡Despídete hoy de ese molesto miedo! Y ondea el
estandarte del coraje para vivir.
Haz que tus
temores te tornen intrépido, inteligente, seguro, y que la adrenalina que
recorre tu cuerpo, sea el combustible que te empuja a nuevos logros.
La vida no
es un proceso matemático, carece de exactitud o ecuaciones comprobables, es
todo lo contrario, el deleite de lo impredecible.
Confía
siempre en Dios, y sus consejos, pero jamás pretendas de él, que construya tu
destino ni reproche tus tropiezos. Recuerda: Libre albedrío.
No des nada
por sentado. Si tuvieras la garantía de cada minuto siguiente, la vida
resultaría demasiado insípida. Es el reto, el desafío, lo que activa tu coraje
para enfrentar esta aventura extrema que llamamos vida.
Ese libre
albedrio que respiras como el más valioso obsequio de libertad que te fue
otorgado; aquel que te impulsa a crecer, a ser distinto, a acertar la gloria y la grandeza, a no
conformarte con ser una ficha de un gigantesco ajedrez.
Por supuesto,
que no hay nada seguro, ni siquiera conoces la fecha exacta de tu partida, y
esta debe ser tu mayor motivación para llenarte del coraje de vivir. No esperes
que nadie te de garantías de ninguna índole, tan solo ve y busca aquello que te
garantice sentirte mejor y poder disfrutar de la belleza de un mundo en el cual
has tenido el privilegio de nacer.
Dile adiós a
tu mundo de garantías, a la eterna rutina a la que te has avocado; a ese punto
de confort casi imperceptible. Si lo piensas, a veces parecieras estar viviendo
por un plato de comida; sin darte la oportunidad de dar un vistazo fuera de la
reja en la que tu mismo te has encerrado. ¡Vamos, despídete de las demás
ovejas! o invita a aquellas que quieran aventurarse a nuevos parajes contigo,
pero toma la decisión de ser libre ¡llénate de coraje por vivir!
La
incertidumbre genera miedo, y un ser humano con miedo difícilmente podrá llegar
a donde quiere, porque cada paso será como levantar un bloque de concreto del
peso de un edificio.
En la vida
no existen formulas precisas, no existen apuestas ni números, solo están tus
propias decisiones, es el verdadero regalo que Dios te ha dado.
Deja de
aferrarte a paradigmas y creencias, a temores y charadas, ¿la vida es incierta?
Claro, que lo es ¿acaso eso debe generarte miedo? Por supuesto, que no. Puesto
que la disposición que tengas, el coraje que te motive, te llevará a donde
quieras. Solo debes mantenerte alerta, escuchar las voces y los ejemplos que
Dios, te pone como ayuda.
No dejes que
el tiempo te evapore, no estas aquí para desaparecer en el aire; la libertad es
un premio desconocido, pero de seguro el mejor de los premios. Tan solo debes
vivir atento y comprender lo que ocurre a tu alrededor.
Si tus
convicciones y creencias están frenando tu avance y la armonía que buscas, ve desterrándolas
de tu vida; deja que tu mente se torne inquieta, que la ansiedad de emprender
nuevos caminos, active los latidos dentro de tu pecho. Vive dentro de una
realidad en la que nada es fijo ni inamovible, déjate sorprender por la vida, atrévete
a afrontar nuevos retos, maravíllate con el hecho de estar vivo.
¡Despídete de
tu miedo! Cámbialo por coraje, adéntrate por senderos que jamás recorriste, y
cada vez que el temor te detenga, busca en tu corazón la valentía para derrotarlo.
Cada vez te harás más fuerte.
Abandona la
playa de la inseguridad y el miedo, y construye un barco de coraje, en el cual
recorrer el mar de nuevos logros. ¡Hoy es el día!
Germán Camacho López
Germán Camacho López
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