Hablaban un día la caridad y la solidaridad acerca de sus
dones. La primera era altiva y aseguraba ser benefactora de muchos; la segunda
por el contrario sencilla y discreta, obviaba resaltar su contribución. Pero un
sabio que pasaba por el lugar, al notar la polémica, se aproximó y dando su
opinión señaló:
-No hay lugar a discusión, puesto que ambas son buenas y
útiles, sin embargo, esto es en distinta medida. Ya
que la caridad da de lo que le sobra y la solidaridad por el contrario,
comparte lo que tiene.
Ambas reflexionaron
extrañadas esta precisión, mientras el sabio se alejaba.
A veces los verdaderos
obsequios están en las palabras, el tiempo, la ternura, la comprensión. En el
enseñar a otros, en cubrirle con tu propio abrigo.
Germán Camacho López
Germán Camacho López
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