Toma lo bueno del día, no te arrebujes en
la tristeza, si fue parte de la jornada recuerda
que, existe un antídoto llamada alegría. Haz de ella tu firme compañía, acéptala
y aprende todo lo bueno que enseña. Toma lo bueno, seguro alguna sonrisa trajo
consigo, y un nuevo sueño se forjó este día. No cierres el paso, eres libre de
elegir lo que quieras.
Aprende del llanto y la rabia, muestra
que has descubierto sus caras opuestas; que entiendes que el gris también necesita
del blanco. Que la oscuridad no existe, es tan solo la luz que se ausenta un
momento. Toma lo bueno del día, y si un camino se atasca, descubre los cientos
que están a su lado. Toma lo bueno del día, refresca tu alma en los días nublados;
regálate una sonrisa y vuélvete también la sonrisa de otros, ellos estarán
agradecidos. No retrocedas hacia caminos que ya conoces, si seguiste avante,
fue la medida acertada.
Si dejas brotar una lagrima que sea para
liberar la tristeza y dar paso a un torrente de dicha. Se parte del entorno, para
respirarlo, sentirlo, vivirlo.
Toma lo bueno del día, con todo lo que
tienes, con tus razones y sin ellas, y al llegar la noche, ríe hasta el
agotamiento. Luego, descansa plácidamente para iniciar de nuevo, al amanecer
siguiente.
Recuerda que somos presente, de
emociones y sentimientos, somos acción para alcanzar nuestros sueños, conciencia
para aprovechar el momento, sabiduría para aprender de cada experiencia.
Toma distancia de los lujos materiales,
y encuentra el valor en las pequeñas cosas, vive en la seguridad que
interiorizas. En el triunfo de la simpleza, en el tiempo que disfrutas junto a
los tuyos. En el verdadero valor de los sentimientos, lejos de la mercadería banal
que erige la vanidad y la codicia. Tan solo mira a tu alrededor y entiende que
cada ser a tu lado, es más valioso que el dinero y las posesiones, ellos van
dejando enseñanzas y huellas en tu vida; pero los bienes son fluctuantes, a
veces ilusorios. Da gracias a Dios, por
hacerte parte de él, de su realidad, del grandioso universo que ha creado.
Recuerda que todo es según lo vivas, según
lo entiendas y aprendas. Por eso vive desde aquello que habita en ti, sin
ocuparte de los afanes, ni los imaginarios problemas del exterior caótico. Simplemente,
toma lo bueno del día.
Germán Camacho López
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