El poder está y siempre ha estado contra los pobres, el único terrorismo que existe es el terrorismo de estado, belicista y corrupto: ese que suscita diferencias sociales. El ciudadano común debe pugnar por mantenerse digno, por alcanzar una intelectualidad que le permita entender la manipulación a la cual es sometido. Mantener un papel activo ante la amenaza que representan los gobiernos actuales. Avanzar en la configuración de las condiciones de una sociedad moderna, pluricultural, equitativa, que reivindique al individuo. El pueblo no debe abandonar su idea de liberación y emancipación de pensamiento, la única sociedad funcional es aquella que concibe relaciones entre iguales. El estado actual promueve, por el contrario, un vínculo entre burgueses y sometidos con tintes esclavistas. Una vulgar política que atenta contra la propia naturaleza humana. Cínicas y prosaicas alianzas de corrupción. Deben darse las condiciones para mantener un pensamiento activo, desde el compromiso de la sociedad en general, la academia y la cotidianidad. No debemos seguir convenidos a las circunstancias que el poder político actual plantea. En definitiva pareciera que no existe ningún interés por salvaguardar los derechos esenciales, ni preocupación por los miles de millones de víctimas inocentes alrededor del mundo. Nos indujeron a vivir como si no pasara nada, pero ante una realidad tan distinta no se puede estar inmutable. Simplemente no tiene sentido ignorar las condiciones dramáticas que han instituido los gobiernos del mundo, la tragedia y horror que disfrazan con fingidas intenciones de paz y progreso. La única libertad y el único desarrollo están en manos del pueblo.
Germán Camacho López
Comentarios
Publicar un comentario